Inicialmente, y a pesar del miedo que provoca una plaga de avispas, se trata de insectos beneficiosos para el ser humano. Al ser omnívoras, casi todos los insectos que consideramos una plaga son alimento potencial para las avispas.
Las avispas tienen su abdomen inferior puntiagudo y su estrecha «cintura» que separa el abdomen del tórax. Hay avispas de distintos colores, desde el amarillo, que es el que vemos normalmente, al marrón, el azul metálico o el rojo vivo. Generalmente, las especies que tienen colores más brillantes son de la familia de las Vespidae, es decir, las avispas que pican.
Todas las avispas construyen nidos a partir de fibras de madera y se dividen en dos grandes grupos, las sociales y las solitarias.
Avispas Solitarias
Las avispas solitarias, el grupo más amplio con diferencia, no forman colonias. Mientras que las avispas sociales se defienden mediante sus aguijones, las solitarias picadoras dependen de su veneno para cazar.
Avispas Sociales
Las avispas sociales mueren en invierno y son las reinas fecundadas el año anterior, que lograron sobrevivir hibernando en un lugar cálido, las que construyen un pequeño nido y crían una camada inicial de hembras obreras. Estas avispas obreras amplían el nido y construyen numerosas celdas hexagonales para que la reina pueda depositar sus huevos.
Como en el caso de termitas y hormigas, las avispas sociales forman sociedades estructuradas con división de los trabajos organizándose en castas y, cuando acaba el verano, toda la colonia de avispas, incluida la reina fundadora, mueren. Sólo sobrevivirán las reinas recién fecundadas.